¡Disfruta del arte del tapeo con una cerveza a -8 grados!

Acompañar una tapa con una cerveza es una práctica muy común en la cultura española. ¿Sabíais de dónde procede la tradición de la tapa?

Aunque hay diversas teorías al respecto, una de las más extendidas tiene que ver con la realeza. Nos remonta a la época de los Reyes Católicos donde éstos son los protagonistas de la historia. Por lo que se cuenta, en un viaje hacia Cádiz que realizaban, pararon por una taberna que se encontraba repleta de moscas. El rey, no dudó en pedir al tabernero que cubriese de alguna forma su copa de vino. El tabernero al escuchar su petición, cogió una loncha de queso que posaría inmediatamente en su copa.

A raíz de ese momento, la idea tendría tal aceptación que se extendería a lo largo de todo el territorio español, convirtiéndose en una de las costumbres populares más conocidas, sobre todo, durante la temporada de calor, que, posteriormente, adoptaría el nombre coloquial de “terraceo”.

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Es por ello, que una tapa junto con su vino o cerveza, ¡son el complemento ideal! Ambas bebidas son capaces de realzar los sabores de la comida y proporcionar una experiencia gastronómica más completa.

Además, tomar un trago de cerveza entre bocado y bocado permite disfrutar plenamente de los diferentes sabores de las tapas. La combinación entre una tapa y una cerveza bien fría, desemboca inevitablemente en un contraste de sabores que aportarán una experiencia única.

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